-Fundamentos.
Introducción y Fundamento.
La convivencia escolar posibilita el aprendizaje de las relaciones de respeto, de inclusión y de participación democrática, pero también de sus contrarios. En el establecimiento educacional se aprende a convivir, sea para favorecer la inclusión o para alimentar la discriminación, para aportar a la comunidad o para dañarla. Se aprende a convivir según la experiencia de convivencia que se construye en la escuela y según como esa experiencia va decantando y haciéndose rutina en el comportamiento cotidiano de cada uno de los actores de la comunidad educativa.
Dado que la calidad de la convivencia escolar impacta de manera significativa en el aprendizaje y formación ciudadana de los y las estudiantes, este ámbito ha sido incorporado en los distintos marcos que orientan tanto los contenidos como las metodologías, la gestión y las competencias de las y los actores escolares para el mejoramiento de la educación e integrados en la Ley de Subvención de Educación Preferencial.
La política de Convivencia Escolar (2015/ 2018) y la ley 20.536 (2011) sobre violencia escolar, entrega un marco referencial para promover y orientar el desarrollo articulado de estrategias y acciones en favor de la formación en valores, actitudes, convivencia, conocimientos y habilidades para aprender a convivir, en concordancia con el Marco Curricular y los planes y programas de estudio. Es el horizonte que nos permite construir nuevas formas de relación basados en el respeto por la diversidad, por un medio ambiente sustentable, participación activa, colaboración, autonomía y solidaridad, orientando el ordenamiento de roles, relaciones y responsabilidades que permite a un sistema tan complejo y dinámico como la escuela, cumplir con su misión de entregar educación integral de calidad.
Creemos que el Liceo es el espacio para que el educando se desarrolle en el ejercicio responsable de su libertad, donde la asistencia, la puntualidad y el cumplimiento de las normas, son fundamentales para una inserción adecuada a la sociedad.
Nuestro Reglamento de Convivencia escolar, fundamentalmente, pretende formar alumnos/as en el debido cumplimiento de sus deberes y obligaciones; esto, mediante un comportamiento adecuado en sala de clases, recreos, actividades cívico-culturales, ecológicas y deportivas, tanto dentro como fuera del establecimiento.
Ahora bien, una debida internalización de hábitos y valores, contribuyen al desarrollo de habilidades sociales que garanticen una respetuosa interacción entre los actores de la comunidad educativa, donde se valore el diálogo, la empatía y los acuerdos.
Objetivos del reglamento interno
- Ordenar la estructura, funciones e interrelaciones de los estamentos de la Unidad Educativa con el propósito de lograr los objetivos del Proyecto Educativo Institucional.
- Fundamentar la educación basada en el respeto, la democracia, los derechos humanos y el cuidado del entorno.
- Contribuir al logro de los aprendizajes, formación de valores, actitudes y hábitos que persigue la Política Educacional vigente.
- Crear condiciones técnicas y administrativas que propicien un adecuado clima de convivencia escolar, para favorecer el proceso educativo.
- Promover e implementar políticas y procedimientos para la implementación de una buena convivencia escolar.
- Promover y desarrollar una conciencia ecológica en todos los estamentos de la Unidad Educativa, en pos del derecho de los niños a vivir en un ambiente saludable.
- Promover y desarrollar en todos los integrantes de la comunidad educativa los principios y elementos que construyan una sana convivencia escolar, con especial énfasis en una formación que favorezca la prevención de toda clase de violencia o agresión.
- Asimismo, establece protocolos de actuación para los casos de maltrato escolar, los que deberán estimular el acercamiento y entendimiento de las partes en conflicto e implementar acciones reparatorias para los afectados.
- Lo anterior es sin perjuicio de impulsar acciones de prevención tales como talleres de habilidades socio – afectivas, habilidades para la vida, alfabetización emocional, competencias parentales, entre otros, teniendo en cuenta especialmente el proyecto educativo institucional.